Los gitanos se posaron sobre estas tierras, ellos, enigmáticos, encantadores, algo bulliciosos, aislados en su linaje y reacios a cualquier forma cultural lejos de sus carpas. Han dejado huella en las calles del Valle de Aburrá, recorrieron las líneas de las manos de aquellos que sucumbieron a su hechizo, este pueblo conoció el futuro de la ciudad. Esta propuesta intenta revivir esos días en que los GITANOS querían hacer parte de la historia antioqueña, cuando querían volar en el aire de nuestro paisaje montañero, cuando sus botas y tacones sonaban y acariciaban las fértiles tierras de nuestra geografía.