CONTEXTO SOCIO-HISTORICO
El papel de la sociedad joven de Medellín ha sido relevante en la historia de esta ciudad durante los últimos 30 años, esta población ha generado la mayoría de cambios políticos, sociales y culturales que han determinado transformaciones sustanciales para la dinámica de una ciudad que como la nuestra, ha absorbido rápidamente las propuestas sociales del contexto global.
Su participación en los procesos a nivel cultural y el gran impacto que han tenido en la ciudad ha sido posible desde las organizaciones comunitarias y/o grupos asociados, que de una u otra forma los acogieron o fueron creadas con el fin de contrarrestar la violencia que les ha acompañado en las calles de sus barrios. El hecho de pertenecer a ciertos sectores de la ciudad, los ponía en una situación excluyente y estigmatizada por el resto de la sociedad, se les relacionaba entonces directamente con el fenómeno del narcotráfico y del sicariato.
El arte desde su forma más cercana al contexto, fue el medio que atrajo a los jóvenes para que participaran en las organizaciones, desde un trabajo de sensibilización, desde la posibilidad de manifestarse con otros lenguajes como el cuerpo, la imagen y el recurso imaginativo; se recuperaban de alguna manera los espacios públicos como los parques, las calles, las zonas verdes además de la posibilidad del encuentro con el otro y de la manifestación simbólica como alegoría a las imágenes de extrema violencia de las que también eran protagonistas.
El arte es un mecanismo de comunicación, que posibilita un dialogo profundo y concreto, dando vía libre a la inclusión, a la participación organizativa, y a un deseo de libertad.
El papel de la sociedad joven de Medellín ha sido relevante en la historia de esta ciudad durante los últimos 30 años, esta población ha generado la mayoría de cambios políticos, sociales y culturales que han determinado transformaciones sustanciales para la dinámica de una ciudad que como la nuestra, ha absorbido rápidamente las propuestas sociales del contexto global.
Su participación en los procesos a nivel cultural y el gran impacto que han tenido en la ciudad ha sido posible desde las organizaciones comunitarias y/o grupos asociados, que de una u otra forma los acogieron o fueron creadas con el fin de contrarrestar la violencia que les ha acompañado en las calles de sus barrios. El hecho de pertenecer a ciertos sectores de la ciudad, los ponía en una situación excluyente y estigmatizada por el resto de la sociedad, se les relacionaba entonces directamente con el fenómeno del narcotráfico y del sicariato.
El arte desde su forma más cercana al contexto, fue el medio que atrajo a los jóvenes para que participaran en las organizaciones, desde un trabajo de sensibilización, desde la posibilidad de manifestarse con otros lenguajes como el cuerpo, la imagen y el recurso imaginativo; se recuperaban de alguna manera los espacios públicos como los parques, las calles, las zonas verdes además de la posibilidad del encuentro con el otro y de la manifestación simbólica como alegoría a las imágenes de extrema violencia de las que también eran protagonistas.
El arte es un mecanismo de comunicación, que posibilita un dialogo profundo y concreto, dando vía libre a la inclusión, a la participación organizativa, y a un deseo de libertad.
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