Les compartimos un bello mensaje escrito para Gaby por uno de nuestros compañeros que reside en Alemania y que durante muchos años estuvo al frente de la Corporación liderando procesos creativos y construyendo arte para la vida
Hamburgo- 17.06.2011
Hola Amigos,
se nos ha muerto nuestra gran maestra y amiga Gabi.
Hoy he escuchado la noticia através de un mensaje de Eliza. La muerte es triste para los que nos quedamos vivos, pero quizá para quien muere es una revelación. En lo que a mi concierne, he vivido la experiencia de dos seres cercanos que han muerto en el último mes. Desde la distancia la muerte sin embargo se no deja de ser cercana y aquí la vivo como si el alma de los que mueren se amplíara y abrazara a todos aquellos con los que tuvo algo en común.
Hoy recuerdo la última vez que hablé con Gabriela por telefono y fué precisamente el día en que le llamé a contarle que mi padre había muerto. En sus palabras sin embargo noté un tono especial, casí como si la muerte para ella no fuera nada. Recuerdo que hablamos de que mi padre había muerto en su hora, en su tierra , junto al mar y la selva , en fin en donde el hubiera querido haber muerto. También me contó que en ese momento en que yo le llamaba, muchos de sus antiguos companeros de trabajo del Liceo Alfredo Cock Arango, se hallaban en su casa de visita. Poco antes le habían hecho un gran homenaje aquellos artistas con los que siempre había estado.
Ahora me pregunto, Quién no quisiera morir como ella, siendo recordada por un monton de gente, siendo extrañada a cada rato, habiendo tejido una red de posibilidades para los jovenes de nuestro país sin mas recursos que su sabiduría, habiendonos enseñado cosas tan fundamentales como la santidad y el amor. Para mi gabriela fue un muro al que yo siempre acudi para desaogar cualquier pensamiento y un ejemplo induscutible de esperanza. Ahora ella ya se ha ido, y yo se que se fué feliz, como ella era, pura y libre, con todos sus paisajes, pueblos y relatos, con todos sus vestidos, con todos los regaños que a veces nos dió hasta el ultimo día. A nosotros, sin embargo, nos deja toda su vida, sembrada en las generaciones que tuvimos la suerte de cruzarnos con ella. Desde aquí me la imaginé partiendo a no se donde, como un angel volando por las callejuelas de los barrios que un día la vieron vivir. A nosotros nos queda hoy el porvenir y la nostalgia, pero hemos heredado su tesoro de caminos.
Adios nuevamente amiga y madre, hermana y maestra, la nave de tu vida partió esta vez sin nosotros, te fuíste tranquila tras haberte ganado tu bella muerte. A nosotros ahora nos toca también tener que ganarnos una muerte digna como ha sido la tuya.
Desde el temprano verano en alemania,
vuestro amigo,
Javier Hinestroza.
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